10.22.2010

premoniciones

El martes Alejandro soñó que Angélica tenía un novio músico, y no era cualquier músico, era un artista en ascenso y, Alejandro soñando lo admitía, un tipo realmente talentoso e inteligente. Era un dechado de virtudes el novio de Angélica, simpático, divertido y apuesto, Alejandro no lo odiaba y eso era lo peor, no podía evitar que le cayera bien, y se odiaba a sí mismo por sentir celos, al despertar se sintió peor, por sentir celos de un sueño, el jueves lo llamaron para ir a un concierto, Alejandro no tenía ganas de ir, pero no tenía cómo negarse, llamó a Angélica para que lo acompañara, pero ella no podía, no obstante, como si acaso le debería a él alguna explicación, enfatizó en que en el fin de semana debían verse. Alejandro fue al bar del concierto de mal humor por el plantón de ella, pero porque además no lograba quitarse el gusto amargo de ese extraño sueño que no lograba interpretar, una vez en el bar se relajó un poco, la música del sitio no era de su gusto, pero aun así el lugar era acogedor, pidió su cerveza preferida y el barman tuvo la cortesía de advertirle que no estaba fría, Alejandro bebió de otra marca y en la barra conoció al músico que iba a tocar, un joven simpático, bien parecido y que sabía reírse y hacer reír, claro está, no pudo evitar que le cayera bien, lo interesante fue que cuando subió a la tarima demostró ser un artista genuino, un tipo con talento y con alma, Alejandro lo observaba y escuchaba con atención, ni siquiera se sorprendió demasiado cuando, al ver al joven músico iluminado por los reflectores, notara que era increíblemente parecido al músico de su sueño, en cambio, se rió para sus adentros al advertir que le producía un inmenso alivio que Angélica no lo hubiera acompañado.

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