No todos somos iguales

Agradable ir a Rock al parque y ver a una banda de rock de verdad, como Black Rebel Motorcycle Club. En general dejé de ir a Rock al parque porque las bandas colombianas son pésimas, y el público es muy bruto, abuchean a los mejores grupos y aplauden a los más malos (o se van antes que toquen las bandas buenas), pero en general estuvo bien, me recordó cuando iba al menos a un concierto al mes, cuando odiaba ir a los bares pero me encantaban los conciertos, ahora sigo odiando los bares, pero dejé de ir a conciertos. En medio de que la banda sonó muy bien y que la gente lo advirtió, hubo cosas profundamente desagradables, era un concierto gratuito pero adelante había una zona VIP donde no estaban los fans de la banda (no debe haber ni 100 en toda Bogotá), si no los periodistas y sus amigos, como además llovía, al comenzar Black Rebel la zona VIP estaba casi vacía, desde donde estaban los músicos debía verse grotesco, desde la tarima, hasta donde estaba el público común, el vulgo, unos 100 metros de tierra de nadie, como si esa zona VIP fuera más cara y nadie hubiera querido comprar esas boletas, era como el anticlimax más ridiculo que podía tener un concierto de rock, y esa zona vip que le recordaba a uno que
en esta ciudad unos valemos más que otros