6.25.2009

adios a la ciudad

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Un día me contrataron para dibujar una ciudad a la que yo nunca había ido, y a la que dibujé de oídas, de referencias de terceros, de voces distantes en idiomas extranjeros, fue un trabajo difícil, pero muy bien pago, el último trabajo que hice para clientes antes de dedicarme únicamente a mis propios proyectos. Los funcionarios de la ciudad quedaron contentos con el trabajo, y, ellos lo dijeron, sorprendidos del retrato hablado conseguido. El día que visité la ciudad la encontré muy distinta, y muy parecida, a la que me había imaginado en dibujos, más fría y más cálida, más triste y más vital, llena de edificios antiguos y tragedias modernas, de ruidos y de silencios.
Ahora los años han pasado, hoy dejo la ciudad, que se ha vuelto un poco mía, si la dibujara ahora sería muy distinta a como la hice antes, me preocuparía por mostrar los riachuelos con patos, los lagos con los cisnes y las gaviotas en los muelles, los ancianos, los niños, las mujeres y los hombres de todos los colores y todas las razas, los mendigos y los músicos callejeros, seguramente no sería un retrato del agrado de los funcionarios, pero de todas formas yo no lo haría por el dinero.

1 comentarios:

Diegogue dijo...

esto lo escribi hace 3 dias, antes de viajar, en el retrato de la ciudad me ayudaron mi hermana y algunos amigos valiosos, y una amiga que perdí