8.12.2009

el televisor

Hoy al mediodía, de camino al chino, vi algo extraño, en una esquina había dos indigentes escarbando en medio de un montón de basura, uno de ellos agarraba un televisor inservible, lo tomaba desde el enchufe y lo estrellaba una y otra vez contra el piso, lo golpeó unas cinco veces mientras yo miraba, el aparato se rompió, la pantalla quedó en el suelo, y algunos circuitos, pero el indigente siguió sacudiendo el cable del que solo colgaba la caja que se iba rompiendo cada vez más. La imagen era muuy extraña, el tipo daba las sacudidas al aparato de un modo sistemático, no parecía estar furioso, podía haber destrozado el aparato con una sola patada si hubiera querido, tampoco se reía, y mientras lo hacía el otro estaba agachado en el piso buscando cosas, yo estaba en la esquina diagonal a ellos, y al darme la vuelta, vi un edificio en ruinas, la esquina de los indigentes estaba más bonita.
En realidad no era mediodía, eran más de las dos y por eso fui al chino, ya que ahí sirven hasta más tarde, y es agradable porque a esa hora hay muy poca gente, de hecho, sólo había una pareja de peluqueros (ambos, él y ella, tenían el cabello teñido de colores horribles), ella pidió que cambiaran el canal de la TV y la mesera lo hizo, de un canal musical donde ponían rancheras pasó a uno de películas, estaban dando la de las Crónicas de Narnia, salía un león hablando con unos zorros, unos niños que se parecían a los de las primeras películas de Harry Potter y creo que también unas comadrejas o castores, la fotografía era muy buena, y como yo ponía tanta atención a la pantalla los peluqueros creían que los miraba a ellos (si la TV hubiera estado apagada seguramente lo habría hecho, era imposible obviar sus colores de pelo).
De regreso los indigentes ya no estaban, pero si el televisor completamente destrozado

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