8.06.2009

El gato Fritz

No me era sencillo contestar porqué seguí siendo amigo de Marco, aun después de que estaba harto de él, en parte por costumbre, supongo, en parte por recuerdos, y en parte por que no me quedaban demasiados amigos en la ciudad. A Marco le gustaban los cómics como a mí, y su preferido era el Gato Fritz, que a mí no me gustaba tanto, me parecía una obra menor del autor, Robert Crumb -aunque ésa es una opinión que no comparto con la mayoría de la gente-, no obstante, un día releí el Gato Fritz y me gustó más que la primera vez, y entendí algo, a Marco le gustaba tanto ese cómic porque es que él era un poco como el Gato Fritz, al menos en algunos aspectos, es decir, un poseur, un tipo que se llenaba la boca de palabras en las que no creía demasiado, un ser vacuo, que vivía hablándole a todo el mundo de los proyectos que tenía en mente pero que jamás llevaba a cabo. Pero las personas nunca se parecen por completo a los personajes de los cómics, Marco al menos era bueno en su trabajo (Fritz nunca tuvo ninguno), y aunque era un muchacho simpático, especialmente en los últimos años no tenía las dotes de galán del gato underground, pero sí la actitud, no era un galán, pero lo parecía. Y siendo absolutamente rigurosos, tampoco es que fuera un completo fantoche, pero sí que lo parecía.
Yo no ponía mis manos en el fuego por él cuando se matriculó para estudiar cine, cuando terminó la carrera y consiguió una novia que lo mantenía y se lo llevó a vivir con él pensé que mis cálculos no estaban mal, pero entonces, cuando ella se fue a estudiar a Buenos Aires (y el se quedó dos años completos viviendo solo con su suegra), empezó a trabajar y a irle bien, Marco quería ser director, en la Universidad hizo dos cortometrajes insignificantes pero técnicamente bien hechos, y es que Marco, a pesar de tener aspiraciones de creador, en realidad era un buen técnico, pero no lo llevaba con filosofía, con el paso del tiempo, le empezó a incomodar que los cineastas más jóvenes que él fueran sus patrones, Marco no había leído demasiado (pero parecía que sí), en cualquier caso sí se había visto todo el cine del mundo, y tenía un ojo certero para los encuadres, pero ser el mejor foto fija de la ciudad no era suficiente para salir en los periódicos o ser entrevistado en la TV. Quería escribir un guión del que estuvo hablándome durante diez años, que fuera todo un retrato generacional, toda una comedia dramática, fue un proyecto que alternó con dos películas de terror y con un musical, películas todas que jamás se filmaron, pero que le dieron tema de conversación en todos los bares, especialmente con las mujeres, a varias las oí hablar de "la película de vampiros que está escribiendo Marco, anoche me estuvo contando la historia, es increíble", pero esos guiones nunca se hicieron realidad, visto desde lejos, este Gato Fritz era una caricatura de sí mismo, pero es la clase de personajes que son graciosos en las películas o en los comics, pero cuando eres amigo de ellos de verdad y los conoces a fondo, sabes que son profundamente infelices y frustrados, era difícil precisar si Marco le tenía miedo al éxito o al fracaso, pero lo cierto es que nunca hacía nada más que trabajar durante los rodajes, ya que durante las pausas entre éstos, que a veces duraban meses, no hacía nada, y en esos períodos le daban las depresiones. Una vez tuvimos el estreno del cortometraje de otro amigo, donde Marco trabajó, Carlos, el director, antes de la proyección agradeció a unas 5 de las 40 personas que trabajaron en el corto, luego de la proyección Marco lo insultó y le dijo que era un pésimo amigo, porque no le había agradecido a él.
Fue una noche complicada, más temprano, yo le había dicho a Marco lo de que él me recordaba al Gato Fritz, ambos habíamos bebido ya algo, y él se rió, pero sentí que en el fondo la comparación no le había gustado nada, luego fue la discusión con Carlos, que vi de lejos sin escuchar nada, pero Marco vino al minuto y me lo contó todo, con orgullo, señaló además, que no trabajaría en el largometraje que Carlos estaba por rodar, yo me sentí terriblemente incómodo porque Carlos era mi amigo también, pero lo dejé pasar, al fin y al cabo no era mi problema. Horas después salíamos de un bar, íbamos con dos amigos más y un tipo nos buscó problemas, y Marco se enredó a puños con el tipo, que alcanzó a salir corriendo, pero Marco se fracturó los nudillos al golpearlo, esa semana tenía el rodaje de un comercial, al que no asistió, y dejó de ganarse un buen dinero, pero no fue tan grave, tengo entendido que su ex suegra le prestó algo para ir tirando.

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