12.26.2009

la edad del actor


Hace días conversaba con un amigo cineasta acerca de una película colombiana muy mala (o muy mediocre), "Soñar no cuesta nada", de Rodrigo Triana, que cuenta una historia basada en hechos reales, de unos soldados que encuentran en la selva un montón de dinero de la guerrilla y al final son llevados a juicio por no declarar el dinero ante el ejército. A mí lo que se me hizo insoportable, desde el comienzo de la película, es que el promedio de edad de los actores era 30 años, cuando los soldados de la vida real tienen 19, y no hubo una preocupación ni en el casting, ni en pedirles a los actores que al menos simularan tener 19, lo cual hacía que, cuando de la noche a la mañana se volvían millonarios y empezaban a gastar dinero como locos, parecieran auténticos retardados mentales. Quiero decir, no me imagino un adulto de 30 años, encontrándose un dinero ilegal, a sabiendas de que si esa situación se hace pública puede traerle grandes problemas, comprándose un carro de agencia con dinero en efectivo y cosas así, en cambio a un pobre muchacho analfabeta de 19 años, como son casi todos los soldados colombianos, pues sí me lo puedo imaginar, pero los de la película no tenían esa edad y tampoco la aparentaban.
Claro que es una práctica común en el cine y la TV, ahora que estoy viéndome de nuevo la genial Twin Peaks, no deja de ponerme nervioso ver a Sherilyn Fenn a los 25 años que tenia en 1990, fingiendo que tenia los 16 de estar aun en la secundaria, ella y todos los demás actores que estaban cerca de los 30 (James Marshall, Lara Flynn Boyle) y hacían papeles de menores de edad. Claro está, el non plus ultra es Burial Ground, pelicula de terror de pésimo gusto en la que el papel de un niño de 9 años era interpretado por un enano, Y ya la parodia, "Las aventuras del joven Rappel" de Muchachada Nui, en la que Carlos Areces y Raul Cimas pretenden ser quinceañeros, pero llega un punto en que ni ellos mismos se lo creen, miran a la cámara y suenan las risas grabadas kitsch de las sitcom de antes, pero es que además, en Muchachada Nui, esa situación la llevan a extremos peligrosos, el 90% de los papeles femeninos los hacen hombres, y en ese programa lo de ver adultos interpretando niños (como en aquel grotesco Chavo del 8 de los 70) es una práctica común, pero es que no es lo mismo cuando se trata de una parodia que cuando se presente vender una historia con cierta pretensión de verismo. Se trata de un problema de producción que la literatura, los comics, o los dibujos animados, (afortunadamente) no tienen que enfrentar.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

No olvidemos Manos: The Hands of Fate, donde las voces de todos los personajes fueron dobladas por otros y la voz de la niña la hace el director con la frecuencia alterada.