6.17.2020

En los espejos de un café

Hoy fui al pueblo con mi papá. Me sentía triste porque aunque me alegro de volver a la ciudad, sé qué pasará un año o más antes de que nos volvamos a ver. Pero no quería que se me notara la tristeza, supongo que el barbijo me ayudó. Ya a punto de volver a la finca mi papá se detuvo en una ferretería a comprar insecticida. Yo me quedé en el carro, en la radio sonaba una canción muy mala, me puse a oírla con atención para distraerme de mi nostalgia. La canción era impresionante, la falta de gracia de las voces, las trompetas kitsch, pero especialmente la letra, me hicieron pensar que era la peor canción pop del mundo. Cuando mi papá volvió con el insecticida yo estaba muerto de la risa. A veces el mejor remedio para la depresión es escuchar canciones muy, muy, malas.



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